Las universidades piden entre dos y tres cartas de recomendación con el objetivo de conocerte mejor.
Lo ideal es tener una estrecha relación con tu recomendador y, además, que él o ella sea una persona reconocida o influyente. Sin embargo, si tienes que elegir entre ambas cosas, te recomendamos escoger a una persona que te conozca muy bien y pueda dar referencia detallada sobre ti y tu trabajo. Tu recomendador debe poder hablar sobre algún proyecto que hayas liderado o sobre la manera en que has reaccionado frente a ciertos retos.
La cercanía con tu recomendador va a facilitar la logística de envío de la carta de recomendación. Si hay confianza, puedes hablar con él/ella sobre los temas que te gustaría que resaltara en su carta y recordarle la fecha límite para enviar la misma.
Un plus sería que el recomendador tenga algún tipo de contacto o lazo con el programa al que estás aplicando, por ejemplo, que haya estudiado en ese mismo programa. Esto aumentará la confianza del comité de admisiones. Pero si no conoces a nadie así, no te preocupes.
Adicionalmente, te sugerimos diversificar tus cartas para que cada recomendador resalte algo diferente de tu perfil (a menos que la universidad te pida algo diferente). Por ejemplo, una de tus cartas puede escribirla un profesor para resaltar tu lado académico; otra puede hacerla tu jefe, quien puede hablar de tu desempeño laboral, y otra puede redactarla el supervisor de algún voluntariado, para enfatizar tus desarrollo extracurricular.
Por correo o, mejor aún, en persona, haz un primer contacto para anunciar que deseas que te escriba una carta y dile que, si está dipuesto a recomendarte, le enviarás un correo posterior con más detalles.
El correo detallado que le envíes después al recomendador debe dar darle instrucciones muy claras sobre qué escribir y a quién dirigirlo. Incluye lo siguiente en este correo:
Fecha(s) límite(s) de entrega.
Nombre del programa de posgrado al que irá dirigida la carta.
Instrucciones detalladas sobre el contenido de la carta, si es que la universidad las especifica. Si el formato de la carta es libre, puedes pedirle que resalte los temas que aparecen listados más abajo. Si lo crees necesario y conveniente, ofrécele escribir una carta modelo que sirva como guía o sugiérele que revise la Guía para el Recomendador.
Una nota que explique la logística de entrega o, para no abrumar al recomendador, una nota explicando que tú le darás estos detalles posteriormente, ya sea por correo o por teléfono. A veces, el recomendador debe enviar la carta directo a la universidad y, a veces, debe entregártela a ti. Sé claro al respecto.
Como archivos adjuntos, envía (1) tu CV, (2) el borrador de tu carta de motivos (personal statement) o, en su defecto, un párrafo con lo más importante de tu historia personal y las razones para elegir los programas que elegiste, y (3) una lista de proyectos o actividades que realizaste junto o bajo la dirección de tu recomendador.
Si hace falta información, puedes dársela en un correo ulterior o en persona.
En general, te sugerimos pedir las cartas con mínimo dos meses de anticipación a la fecha límite de aplicación. Pide las cartas de recomendación solo si tienes la certeza de que aplicarás ese año al posgrado y hasta que tengas la lista de programas a los que vas a solicitar admisión. Es deseable, mas no indispensable, que tengas un borrador de tu carta de motivos.
Algunas universidades solicitan a los recomendadores contestar una serie de preguntas predeterminadas. No obstante, si la estructura es libre, algunos puntos que puedes pedir a tu recomendador que incluya en la carta son:
¿Qué tipo de relación tiene contigo? ¿Hace cuánto tiempo se conocen?
¿Qué desafíos enfrentaste y cómo los solucionaste u abordaste?
¿Qué logros observó que tuviste durante el tiempo que colaboraron juntos?
¿Qué cualidades te vio desplegar (liderazgo, comunicación, orientación a resultados, pensamiento analítico, orientación estratégica, trabajo en equipo, etc.)?
¿Cómo se compara tu desempeño con el de otras personas en posiciones similares?
¿Qué conocimientos o habilidades, de ser aprendidas durante el posgrado, incidirían positivamente en tu desempeño y potencial profesional y personal?
En general, para garantizar la fidelidad de la carta, los recomendadores suelen enviarla directamente a las universidades. Cuando comienzas a aplicar a un programa, generas un usuario en la página web de la universidad, con la que podrás acceder a tu solicitud en línea. En esta aplicación generalmente registras el nombre y correo electrónico de tu recomendador. Cuando das de alta tu información, se envía un correo automático con las instrucciones de envío de la carta directamente a tu recomendador, o bien a tí si es que la universidad solicita que tú la envíes.
Si tu universidad de destino tiene un proceso distinto, asegúrate de entenderlo y explicárselo a tu recomendador. Por ejemplo, algunas escuelas de derecho utilizan a un intermediario conocido como LSAC. Aunque tus cartas vayan dirigidas a distintas universidades, todas deben ser enviadas por ti a LSAC, de manera que el recomendador debe darte las cartas a ti o mandarlas a LSAC directamente.
Algunos sistemas te ofrecen la posibilidad de ver las cartas de recomendación. Otros no. Los sistemas que te ofrecen la posibilidad de verlas, te suelen preguntar explícitamente si renuncias a tu derecho de revisar las cartas de recomendación. Te recomendamos renunciar a tu derecho, ya que esto dará una mejor impresión.
No pidas demasiadas cartas a una sola persona.
No todos tus recomendadores deben ser los mismos para cada programa. Escógelos estratégicamente, dependiendo de su área de especialización o su relación con la universidad, por ejemplo.
Si algún recomendador te pide escribir una carta modelo para orientar la suya, aprovecha para decir cosas sobre ti que no has dicho en otras partes de tu aplicación.
Da seguimiento a tus recomendadores.
Si alguno se echa para atrás, no te preocupes y comunícate con alguien más.